jueves, 27 de mayo de 2010

efectos del fuego en los ecosistemas de la Sierra de Perija

CARACTERISTICAS DE LA SIERRA DE PERIJÁ

SITUACIÓN GEOGRAFICA

Ø Localización.

Fue declarado Parque Nacional según Decreto Nº 2.983 de fecha 12/12/78 y publicado en Gaceta Oficial Nº 2.417 de fecha 07/03/79. Tiene una superficie de 295.288 hectáreas y esta ubicado en el extremo Suroeste del Estado Zulia, en la porción de la Sierra de Perijá conocida como la Sierra de los Motilones a lo largo de la frontera con Colombia por el Oeste.

Ø Situación legal

Creado por Decreto Nº 2.983, publicado en la Gaceta Oficial Nº 2.417 de fecha 7 de Marzo del año 1.979. El Parque Nacional queda adscrito al Instituto Nacional de Parques, ya que en el mismo año de su decreto (1.978), se transfieren los Parques Nacionales y Monumentos Naturales a dicho instituto a través de la Ley de Reforma Parcial de la Ley del Instituto Nacional de Parques promulgada el 3 de Julio de ese mismo año.

FACTORES BIOFÍSICOS

Ø Orografía

Orográficamente la sub – región donde se ubica el Parque Nacional Perijá está caracterizada por dos unidades fisiográficas claramente diferenciadas: La Sierra de Perijá y la Llanura o Planicie Aluvial.

La Sierra de Perijá es una estructura montañosa, que surge como resultado del gigantesco levantamiento del terreno provocado por la orogénesis andina durante el Mio–plioceno; su línea de cresta constituye la frontera territorial entre Venezuela y Colombia. Esta unidad fisiográfica está compuesta por varias Serranías principales, las cuales son de sur a norte las siguientes: La Serranía de los Motilones (donde se ubica el Parque Nacional Perijá), la Serranía de Valledupar y los Montes de Oca. En el Parque Nacional se encuentran formaciones montañosas relevantes, como el Pico Tétari, con una altura aproximada de 3.500 m.s.n.m. y el Cerro Pintado con 3.650 m.s.n.m.

Ø Hidrografía

La Sierra de Perijá está caracterizada por poseer una amplia red de drenaje cuyas características principales son las siguientes: en el Municipio Jesús Enrique Lossada el drenaje tiene dirección norte - noroeste como es el caso del río Cachirí y Guasare. En la parte central, en los Municipios Rosario y Machiques de Perijá los ríos mayores como el Palmar, Apón, Tukuko corren en dirección este – sureste, debido a la inclinación general de la planicie aluvial. Al sur los grandes ríos como el Aricuaisá, Lora, Santa Ana y el Catatumbo

El Parque Nacional Perijá es particularmente importante en lo referente al gran aporte de agua para diferentes usos en las partes bajas, tales como: suministro de agua para futuros sistemas de riego en la zona del pié de monte y llanura aluvial para fines agropecuarios; alimentación de los acuíferos subterráneos, principal fuente de suministro de agua potable para las poblaciones y usos industriales, localizadas en la sub – región; la zona se muestra potencialmente aprovechable, debido a su orografía, para fines hidroeléctricos, así como también para futuros desarrollos turísticos a través de la navegación de pequeño calado, como actualmente se observa en los ríos Catatumbo, Lora, Aricuaisá y de Oro.

Ø Clima

El clima característico de esta región es el tropical, con las incidentes variaciones inducidas por el relieve montañoso en la zona de la Sierra de Perijá, dando origen a tres pisos térmicos bien marcados: el cálido, el templado y el frío.

En cuanto a las temperaturas tenemos que ésta muestra un gradiente de variación que viene dado por una disminución gradual de la temperatura conforme aumenta la altitud; este gradiente no es constante para toda la región sino que varía de acuerdo a factores fisiográficos específicos para las diferentes áreas que se consideren. Su temperatura oscila entre los 6 ºC y 26 ºC, con una precipitación aproximada entre 1.500 a 4.000 mm anuales.

Ø Altimetría


Se ubica desde los 185 a 3.650 msnm.

Ø Vegetación

Su vegetación es de bosques nublados, bosque húmedo tropical, muy húmedo, premontano, montano bajo, vegetación de páramo, páramo pluvial subalpino, bosque seco tropical y tundra pluvial alpina.

Ø Relieve

El relieve de la sub – región, está determinado por la presencia de formaciones de cadenas montañosas.

CAUSAS DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN LA SIERRA DE PERIJÁ

Las principales causas de incendios forestales en la sub – región Perijá son aquellas de origen antropogénicas principalmente, en donde resaltan las siguientes:

Ø De origen agropecuario:

La quema ha sido una práctica ancestral de los pobladores Yucpas. El empleo del fuego como una herramienta, para la limpieza de sus conucos, se realiza sin tomar en cuenta las medidas de seguridad para estos casos, como lo constituye la construcción de cortafuegos, la valoración de las condiciones climáticas, contar con personal suficiente para efectuar la quema, esta práctica hace que el objetivo de la quema no se cumpla, transformándose inmediatamente en un incendio con consecuencias devastadoras a cada ecosistema por donde pasa.

Como es bien sabido, los cambios climáticos globales, han provocado que los métodos de predicción del estado del tiempo, utilizado por los pueblos indígenas, y que han sido transmitido de generación en generación, no les resulte acertado en la actualidad. En otrora ellos sabían cuando iba a llover y cuando no, desarrollaron calendarios en donde se orientaban para trabajar la tierra. Sin embargo el clima ha cambiado.

Los productores campesinos y ganaderos igualmente realizan quemas con el objeto de limpiar los potreros para controlar las malezas, así como también el control de alimañas (garrapatas, moscas, serpientes), que atentan con la salud del rebaño. Esta práctica es muy común en esta zona de Perijá. Sin embargo la mayoría de estos animales poseen órganos termo receptores, y son capaces de alejarse de la voracidad del fuego.

Ø Intencionado:

Son formas vandálicas de expresar descontento por cualquier índole o motivo, por las cuales una persona o grupos provoquen de manera indiscriminada incendios forestales. Una forma común es la eliminación de evidencias de saques de madera, con el objeto de borrar cualquier indicio que lleven a las autoridades, que ejercen Guardería Ambiental, establecer responsabilidades administrativas o penales a aquellas personas que realicen esta actividad de forma ilegal.

En los lugares destinados para la recreación y el esparcimiento, ubicados en los Balnearios Macoíta y Kunana, las Comunidades de Ayapaina, Chirimi y Kunana, se ha observado que personas que visitan esos lugares, bajo la ingesta de bebidas alcohólicas y el consumo de estupefacientes o no, han generado incendios que han afectado los paisajes naturales, que son un atractivo para turistas y visitantes nacionales y extranjeros.

Ø Negligencia:

Esta causal se constituye como una de la más importante, motivado al descuido de ciertas personas en realizar numerosas actividades que son cotidianas, y forma parte de la vida del Municipio, como lo es quemar basura, hacer fogatas o parrilladas en sitios próximos a la vegetación.

LUGARES DE LA SIERRA DE PERIJÁ DONDE SE PRESENTAN LOS INCENDIOS FORESTALES:

Ø Municipio Machíques de Perijá:

Ø

Los lugares considerados críticos, debidos a las incidencias y magnitudes de los eventos que se presentan son: Sirapta, Aroy, Tukuko, Kasmera, Chaparro, Toromo, La Victoria, Koropo, Ayapaina, Novito, Kunana y dentro del Parque Nacional los sectores de Manastara, Cerro Nonojo, Tayaya, Kanowapa.

Ø Municipio Rosario de Perijá:

Los incendios se presentan en los sectores de Tinacoa, Río Piche, Río Frío y las Canteras de Cementos Catatumbo.

PERIODO CUANDO OCURREN LOS INCENDIOS FORESTALES:

Dada la relación directa que guardan la época de sequía del trópico con los incendios forestales, dichos eventos se presentan entre los meses de enero y marzo, siendo febrero uno de los más fuertes en cuanto a la ocurrencia y las magnitudes. Esto se debe a que las cosechas de café pasan y los productores preparan el terreno de sus conucos, para la siembra de maíz y caraotas, rubros que son financiados por los organismos del estado, y que tienen gran demanda en el mercado regional.

EFECTOS DEL FUEGO EN LOS ECOSISTEMAS:

Ø Emisiones de los incendios a la atmósfera:

La combustión de la materia orgánica en un incendio forestal, varía en su temperatura ubicándose entre los 200 ºC hasta los 1.000 ºC. Sin embargo, al ser fuego en movimiento, la combustión es incompleta y no alcanza temperaturas tan altas en muchas ocasiones. Por ello se estima que el promedio de emisión de CO2, será de 20% del volumen en la biomasa existente. Debe recordarse que solamente se consumen los combustibles ligeros (hojarasca, follaje), quedando carbonizados los combustibles pesados, que retienen la mayor parte del carbono.

Las principales emisiones durante la combustión son las siguientes:

o Dióxido de carbono CO2

o Monóxido de carbono CO

o Metano CH4

o Óxidos de nitrógeno (NO y NO2)

o Amoníaco NH4

o Ozono O3

o Partículas sólidas

Se ha evidenciado cambios climáticos en los últimos años. El CO2 y el CH4, son gases de efecto invernadero, que pueden contribuir al calentamiento global. El CO, el CH4 y los óxidos de nitrógeno a la producción fotoquímica de O3 en la troposfera. El O3 es un contaminante que puede ser irritante e incluso tóxico.

Las partículas sólidas (humo, hollín) se difunden por la atmósfera, absorbiendo y reflejando los rayos solares, con impacto en el clima más o menos amplio, según la difusión que alcancen. También pueden producir problemas respiratorios si su concentración es muy elevada.

Fueron muy notables los efectos en los últimos días en Machiques donde muchas personas tuvieron que recibir tratamientos por dificultades respiratorias causadas por la inhalación de humo.

Ø Alteraciones al microclima:

La cobertura vegetal, si presenta una estructura compleja y cerrada, intercepta los rayos solares, acumulando agua en su masa y en su suelo, encerrando menos aire y oponiendo mayor resistencia a la acción del viento que las superficies deforestadas, proporcionando microclimas con niveles muy variados. Al faltar esa cubierta, el medio se hace mas homogéneo y desaparecen gran parte de esas diferencias, se produce un aumento general de iluminación, de amplitud térmica, de absorción de calor por los restos carbonizados, de la velocidad del viento, de la evaporación, desecación de las superficies, del impacto de las gotas de lluvia y de la desprotección sobre el suelo. El conjunto resultante de estos cambios suele dar lugar a una vegetación de características muy parecidas a las de tipos xerófilas, que la anterior al incendio, pudiendo llegar a producirse alteraciones de los niveles freáticos tras la desaparición de la cubierta arbórea, formaciones de cárcavas y erosión en climas húmedos de la región perijanera.

La supresión de la vegetación por el fuego supone también una disminución de las llamadas precipitaciones ocultas. Este tipo de aportación de agua, casi siempre importante, llega a ser fundamental en algunas zonas, ya que los bosques tienen oportunidad de captar importantes cantidades de agua de las nieblas, y contribuyen a aumentar la humedad. Hay formas vegetales con hojas aciculares y cutículas apropiadas, especialmente eficaces para la condensación y goteo de agua.

Ø Efectos en el suelo:

La eliminación de la cubierta vegetal, la combustión de la materia orgánica y la temperatura desarrollada por el fuego producen en el suelo cambios de sus propiedades físicas, químicas y biológicas, cuya magnitud depende, por un lado, de la intensidad y duración del incendio y por otro lado, la disposición, estructura y grado de humedad del propio suelo. El calor consume parte de la materia orgánica y destruye los agregados, que acaban dispersando los impactos ce las gotas de lluvia. En el suelo descubierto tras el incendio, frecuentemente ennegrecido por las partículas de carbón, con un albedo o poder de reflexión generalmente muy inferior al de una superficie cubierta de vegetación, aumenta la temperatura y la evaporación, al tiempo que disminuyen la absorción y retención de agua, la porosidad, la aireación y la capacidad de infiltración superficial. El balance suele ser una reducción de las disponibilidades de agua y un aumento de la escorrentía y del peligro de erosión.

Otra alteración frecuente e importante en muchos suelos calcinados es la formación de capas impermeables al agua. Las sustancias hidrófobas presentes en el tejido esponjoso que forma el mantillo, al arder se condensan bajo la zona recalentada del suelo, a varios centímetros de la superficie, formando una capa que puede impedir el paso del agua. Este fenómeno se presenta en suelos arenosos, pero lo hemos visto en otros tipos de suelo; sus efectos pueden prolongarse durante algunos años, contribuyendo al aumento de la escorrentía, con el peligro de erosión subsiguiente. El grado de erosión previo puede hacer que el proceso se acelere.

En situaciones extremas pueden calentarse los suelos de tal manera que se endurezcan los materiales arcillosos, pero esto sucede raras veces, pues la temperatura desciende rápidamente con la profundidad y el calor afecta solo a los primeros centímetros (excepto en algunos casos especiales de suelos orgánicos o alrededor de las raíces calcinadas de árboles cortados). Sin embargo, no son raros los incendios subterráneos que pueden consumir la materia orgánica del suelo durante mucho tiempo, alterando su estructura y presentando además un gran peligro por sus dificultades de detección y extinción. Incendios de este tipo pueden presentarse en zonas de montañas con suelos orgánicos desarrollados (caso Serranía de Canobatupe).

Las alteraciones mas notables de las propiedades químicas de los suelos son muy variables según la naturaleza de éstos, la vegetación que sostiene y las condiciones climáticas. En todo caso, la calcinación de la vegetación y de la cobertura muerta libera nutrientes que estaban inmovilizados en ellas. La volatilización del nitrógeno total se relaciona directamente con las temperaturas alcanzadas por el suelo y con la materia seca consumida. Un incendio forestal de intensidad media puede volatilizar la mayor parte del nitrógeno, el nutriente más necesario en el suelo. Sin embargo, las condiciones de nitrificación suelen mejorar tras el incendio, especialmente en suelos ácidos, debido, entre otras cosas, al descenso de la acidez, a una mayor actividad microbiológica, a la germinación de muchas semillas de plantas fijadoras de nitrógenos (leguminosas especialmente), y en menor medida a los aportes producto de la precipitación, de modo que pronto suele restablecerse la cantidad perdida de ese elemento en forma asimilable. Otros nutrientes fundamentales como el fósforo, el magnesio o el calcio, y parcialmente el potasio, pueden ser devueltos por las cenizas, de forma que tras el incendio puede haber un aumento de fertilidad, efímero pero crucial, para la regeneración del monte. El mayor peligro es el lavado o la erosión, especialmente en pendientes fuertes o cuando no hay una estructura edáfica y una vegetación capaz de fijar y aprovechar rápidamente esa fertilidad, es lo que se ve en las primeras formaciones montañosas donde está asentados los productores agropecuarios.

A pesar del vacío biológico aparentemente total que parece haber en la superficie del suelo tras un incendio intenso, los microorganismos del suelo en conjunto no parecen ser drásticamente afectados bajo la capa superior carbonizada, si bien las nuevas condiciones pueden hacer variar su equilibrio y distribución. La microfauna hipogea sufre perturbaciones en su nivel superficial y, esporádicamente, a mayor profundidad por calcinación de las raíces de árboles previamente cortados o heridos. La observación de la gran actividad biológica posterior y la abundancia de plantas simbiontes con hongos o con bacterias del suelo, precisamente en las formaciones más castigadas por los incendios (herbazales, palmeras), denotan cierta compatibilidad y facilidad de recolonización. Esta se produce en poco tiempo desde los residuos y las capas no alteradas y desde el aire. El aumento de la temperatura del suelo en las superficies incendiadas y el incremento del pH, que suelen proporcionar las cenizas con suficiente humedad, activan el desarrollo de hongos y favorecen la actividad bacteriana, cuya población puede llegar en pocos días a ser mayor que antes del incendio.

Ø Efectos sobre la vegetación:

Los árboles previamente dañados o heridos están más expuestos a una calcinación. Casos especiales de peligro se presentan en los bosques entresacados de los que aún no se ha extraído madera. En los árboles supervivientes, la formación de cicatrices, extravasaciones de resinas, calcinación de la corteza, pueden producir daños irreparables en muchos años. En todo caso, el incendio produce un debilitamiento, variable según las circunstancias y los individuos, que suelen traducirse en un retrazo en el crecimiento y una mayor exposición a los ataques de hongos cromógenos y de pudrición e insectos xilófagos, cuyos representantes, voraces en general, están normalmente bien capacitados para detectarla. Una vez instalada la nueva población al serle particularmente propicio el hábitat, prolifera de forma espectacular, multiplicando su capacidad destructiva.

El recalentamiento puede provocar la muerte de muchos árboles aparentemente no afectados, por desecación del follaje con posterioridad al incendio. Esto es mas frecuente en la mayoría de las resinosas, que no tienen capacidad de rebrote. En cuanto a enfermedades, el resultado más frecuente y nocivo es el aumento de la podredumbre en raíces y tocones. El calor radiante incide sobre los tallos de las plantas, la intensidad del fuego y el tiempo de exposición, deseca los tejidos vegetales matando plantas y árboles. Es la subida de la temperatura interna de las células vivas, juntamente con el tiempo en que se mantiene, lo que acarrea la muerte, sin que se sepa con exactitud ni los niveles térmicos letales, ni los tiempos mínimos de actuación pero si existe una correlación entre ellos.

La resistencia del árbol depende de sus propios mecanismos de defensa (capa cortical, altura de la ramificación.) y de las circunstancia ambientales (temperatura inicial de la vegetación, terreno e inflamabilidad de hojas y ramas, faja de materia orgánica circundante)

Además de los efectos directos del incendio en un arbolado o en el sotobosque, a la larga se producen menos espectaculares, pero de gran importancia, ya que el fuego rige el dinamismo posterior de la vegetación. Esta evolución vendrá determinada principalmente por la periodicidad de los incendios, así como por su intensidad y en el momento en que se producen, además de las características específicas en cada uno de los sectores de la Sierra de Perijá.

Dada a la complejidad de factores que pueden combinarse en cada caso, no es posible dar con valor general, una secuencia completa de etapas. Paralelamente a la degradación de la vegetación hay un mayor o menor empobrecimiento del suelo que, en casos extremos, puede llevar a su desertización. Se pasa así de estructuras complejas, bastante estables, dominadas por especies arbóreas, a estructuras más simples, de menos biomasas, menor talla y, en general de vida más corta (formaciones herbáceas y gramíneas). Ya que reponen fácilmente su parte aérea y crecen masivamente.

A nivel de población, las alteraciones que sufren los individuos que integran el bosque, repercuten en su estructura y desarrollo. El grado de estabilidad conseguido por la evolución natural y la aparición de sistemas productivos agrosilvopastoril adecuados a la zona, corren el riesgo de perderse por la desaparición parcial o total de la cubierta arbórea, lo que supondrá pérdida de crecimiento de los árboles, perturbaciones en la estructura de la masa, probable modificación de la composición florística y retraso en su restauración inicial, trastorno de los planes de ordenación, interrupción total o parcial del pastoreo, empobrecimiento de la capa vegetal, degradación de las condiciones y arraigo de plantitas, deterioro del ecosistema y propensión a la aparición de plagas.

Ø Efectos sobre la fauna:

Los animales que son sorprendidos por un incendio y los que no disfrutan de amplia movilidad, difícilmente escapan con vida. El fuego asola también las madrigueras y nidales, e incluso, en esta época de sequía que coincide con las de crías. Poco tiempo después del siniestro, la fauna xilófaga se instala en la zona. Si posteriormente se llevara a cabo un inventario de las poblaciones (a través de Convenios suscritos con Universidades, Institutos Universitarios y de investigación) se constataría, en primer lugar, una reducción sensible; y después la ausencia o la escasa representación de especies antes asentadas y la presencia de otras nuevas. Los colectivos más trastocados resulta ser la microfauna, diversos grupos de invertebrados (gasterópodos, miriápodos, arácnidos) y algunos vertebrados de pequeño tamaño (lagomorfos, reptiles, roedores).

Los incendios al arrasar la vegetación, obligan a los animales a concentrarse en espacios más reducidos o a desplazarse a otros lugares que le proporcionen comida y la protección que precisan. En el primer supuesto habrán de soportar mayor competencia, que puede traducirse además en una reducción de la natalidad; en el segundo, la acomodación a un nuevo medio.

Ø Efectos en el régimen hídrico:

Los incendios de gran intensidad han afectado seriamente el régimen hídrico ya que ha cambiado sustancialmente la vegetación de las zonas consideradas críticas, principalmente en los sectores de la cuenca media del río Apón, donde los efectos inmediato son el aumento del caudal del agua, tras las primeras lluvias, lo que provoca alteraciones en la estabilidad del cauce y su erosión, que da un incremento de sedimentos y de restos orgánicos. La destrucción de la vegetación en sus riberas induce el aumento de la temperatura del agua lo que se traduce en un incremento en la evaporación.

Las sustancias orgánicas introducidas en un cuerpo de agua, provocan alteraciones físicas, químicas y biológicas, como resultado de una descomposición de tales sustancias por la actividad metabólica de los microorganismos, con alta demanda bioquímica del oxígeno. Esta actividad reviste peligrosidad, ya que esta constituido por compuestos inestables que son rápidamente transformado, consumiendo el oxígeno disuelto en el agua y proporcionando un hábitat adecuado para el desarrollo de bacterias de naturaleza anaeróbica, las cuales en sus mayoría son patógenas, que suponen un peligro a la población de Machiques y sus alrededores, al ocasionar enfermedades entérica, dérmica y otras de origen hídrico.

Ø Efectos sobre los valores científicos y recreativos.

La Sierra de Perijá posee recursos biológicos de alta fragilidad y relevancia dentro del Parque Nacional, en donde podemos encontrar especies florísticas endémicas y de distribución restringida ubicada en los bosques y páramos, comunidades bióticas de páramo localizadas en las cumbres de la Sierra, especies de faunas consideradas raras, vulnerables y en peligro de extinción, tales como el Oso Frontino (trecmarctos ornatos), Lapas (agouti paca) y el Paují Copete de Piedra (pauxi pauxi), los bosques de galería y selvas nubladas.

Las unidades geomorfológicas y ecosistemas naturales de especial interés paisajísticos como cuevas, afloramientos rocosos, cascadas, cimas de montañas, valles y ambientes de páramos, que en conjunto conforman una impresionante panorámica de alto valor recreativo, educativo y científico, podrían en un instante desaparecer bajo la voracidad de las llamas, y degradar lo que a la naturaleza tomo en años formar.

Ante este panorama, dada a la fragilidad de esos espacios, afortunadamente la mayoría aún no han sido tocados por la acción humana, pero sirve para hacer un llamado de voluntad y esperanza a todas aquellas personas que conviven en la Sierra y sus alrededores, a contribuir con el adecuado manejo y conservación del Parque Nacional.

ESTADÍSTICAS DE INCENDIOS:

Ø Superficies afectadas:

Áreas afectadas

Superficie afectada en las siete últimas temporadas de Incendios Forestales en hectáreas

2000 - 2001

2001 - 2002

2002 - 2003

2003 - 2004

2004 - 2005

2005 - 2006

2006 - 2007

Parque Nacional Perijá

4

15

35,8

0

7

7

16

Zona Protectora de Pie de Monte

5.000

174

1.673

0

0

0

Fuera de las ABRAE

7.000

0

10.340,1

172

65

136

Totales

12.004

189

12.048,9

172

72

143

(Fuente: Reporte de Incendios Forestales)

Ø Números de eventos:

Áreas afectadas

Números de Incendios Forestales ocurridos en las siete últimas temporadas

2000 - 2001

2001 - 2002

2002 - 2003

2003 - 2004

2004 - 2005

2005 - 2006

2006 - 2007

Parque Nacional Perijá

1

7

2

0

1

1

2

Zona Protectora de Pie de Monte

12

23

6

0

0

0

Fuera de las ABRAE

20

0

36

8

5

7

Totales

33

30

44

8

6

8

44

(Fuente: Reporte de Incendios Forestales)

Tipo de vegetación por área afectada:

Ø Vegetación baja:

Áreas afectadas

Tipo de vegetación baja afectada en hectáreas durante las últimas cinco temporadas

2002 - 2003

2003 - 2004

2004 - 2005

2005 - 2006

2006 - 2007

Parque Nacional Perijá

35,8

0

7

7

Zona Protectora de Pie de Monte

1.663

0

0

0

Fuera de las ABRAE

8.046,1

172

65

136

Totales

9.744,9

172

72

143

(Fuente: Reporte de Incendios Forestales)

Ø Vegetación media:

Áreas afectadas

Tipo de vegetación media afectada en hectáreas durante las últimas cinco temporadas

2002 - 2003

2003 - 2004

2004 - 2005

2005 - 2006

2006 - 2007

Parque Nacional Perijá

0

0

0

0

Zona Protectora de Pie de Monte

20

0

0

0

Fuera de las ABRAE

1.120

0

0

0

Totales

1.140

0

0

0

(Fuente: Reporte de Incendios Forestales)

Ø Vegetación alta:

Áreas afectadas

Tipo de vegetación alta afectada en hectáreas durante las últimas cinco temporadas

2002 - 2003

2003 - 2004

2004 - 2005

2005 - 2006

2006 - 2007

Parque Nacional Perijá

0

0

0

0

Zona Protectora de Pie de Monte

10

0

0

0

Fuera de las ABRAE

45

0

0

0

Totales

55

0

0

0

(Fuente: Reporte de Incendios Forestales)

Ubicación por sectores críticos:

Dada a la amplitud de las áreas afectadas por incendios, es decir los lugares donde se asienta las actividades productivas, turísticas y de recreación hemos determinado asignarle una numeración a cada sector, con el objeto de organizar las áreas para facilitar las operaciones de prevención y control de los incendios forestales, haciendo énfasis a los protocolos establecidos y a los lineamientos que se deriven del Comando Unificado.

Áreas afectadas

Sectores considerados críticos por su incidencias y magnitudes de los eventos ocurridos

Nº asignado al sector

Lugares y comunidades

Parque Nacional Perijá

3

Cerro Nonojo, comunidad de Manastara

5

Cerro Yurumuto, Cunasamo, Piyiztaco, Comunidades de Tayaya, Tirakibo, Kanowapa

Zona Protectora de Pie de Monte, poligonales I y II

1

Canteras de Cementos Catatumbo, Río Piche, Río Frío, Tinacoa

2

Balneario Macoíta, Aroy

5

Chaparro, Cerros de Ponoya, Marewa

Fuera de las ABRAE

2

Hacienda La Esperanza, El Capitán, sectores Dique – toma Acueducto de Machiques, sectores Zapotal, Panayo, Aponcito, Coteva, Comunidades de Sirapta, Mapurki, Karnapa, Potuchi, Toroto, Kapko, Samamo, Tewa.

3

Balneario Kunana, Hacienda Medellín, Parcelamiento La Victoria, sectores El Mene, Los Higuerones Serranía de Canobatupe, Cerros de Yusuriri, Comunidades de Yapotopona, Toromo, Koropo, Novito, Chirimi, Ayapaina, Kunana.

4

Comunidades de Maraca, Kasmera, Kampa, Botonche, La Candelaria, El Guamo, Palmarejo.

5

Cerros Yurumuto y Piyiztaco, Comunidades de Tukuko, Ipica, Peraya, Tontayonto, Shukumo, Kishashamo

(Fuente: Reporte de Incendios Forestales)

GESTIÓN DESARROLLADA POR INPARQUES:

Ø Prevención:

Para cumplir con los objetivos trazados, se emprendieron una serie de de acciones, con la firme intención de concienciar a la ciudadanía, con relación a la problemática de los incendios forestales, y la necesidad de de cooperar en prevenir o mitigar la ocurrencia de incendios, para los cuales se desarrolla programas de Educación Ambiental y Participación Ciudadana, con las siguientes actividades:

  • Charlas en las Unidades Educativas, destinadas a la promoción de los valores culturales representados en los pueblos Yucpas y Barí, de los recursos naturales y escénicos del Parque Nacional Perijá.
  • Divulgación de campañas de prevención, mediante la proyección de micros institucionales, por parte de las emisoras de radio y televisión locales
  • Difusión del Programa de Incendios Forestales durante la participación de programas de opinión, así como también en las notas de prensa suministradas a los periódicos regionales.

Ø Preparación:

Se organizó el Comando Municipal Unificado de Protección contra Incendios Forestales, conformados por equipos multidisciplinarios e interinstitucionales de trabajo, del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, de Protección Civil y Administración de Desastres, del Instituto Nacional de Parques, de la Guardia Nacional de Venezuela y de los Cuerpos de Bomberos de los Municipios Machiques y Rosario de Perijá, con el objetivo de unificar esfuerzos y criterios técnicos, para enfrentar las emergencias que se presentan en la Sierra de Perijá.

En el marco de los planes Operativos, se desarrollan las siguientes actividades:

  • Capacitación y adiestramiento del personal que pertenecen a cada institución, así como también al personal voluntario, que colabora en las diferentes etapas de los desastres, que se presentan en la Sierra de Perijá en todo lo referente a prevención, control y rehabilitación de las zonas afectadas pro incendios forestales.
  • Recorridos motorizados o a pie, especialmente por los sectores considerados críticos, a fin de ejercer labores de guardería ambiental, evaluación de daños y análisis de necesidades, establecimientos de responsabilidades administrativas o penales que hubiere a lugar, a aquellas personas que provoquen incendio o cualquier otro ilícito ambiental.
  • Reuniones con los y las Caciques y líderes de las comunidades indígenas, a fin de informar la problemática que acarrea los incendios en la Sierra de Perijá, y la gestión que viene realizando cada organismo integrante del Comando Unificado, de manera de involucrarlos a participar en las prevención y control de incendios como unidades de respuesta inmediata, y sirvan de portavoces para cada uno de los miembros que integran cada comunidad, para crear conciencia ambientalista en la preservación, conservación y el mantenimiento de los recursos naturales de la Sierra de Perijá.

Ø Control:

Consiste en todas las acciones y estrategias ejecutadas por el Comando Municipal Unificado de Protección contra Incendios Forestales, a fin de combatir y extinguir los eventos ocurridos en las zonas consideradas críticas. Las labores que se ejecutan son las siguientes:

  • Métodos de combates directos, indirectos o de uso efectivo de agua, realizado por personal altamente capacitados para estas labores.
  • Estudio de los elementos que intervienen en el comportamiento del fuego (topografía, factores atmosféricos y combustible forestal)
  • Registro de cada uno de los eventos que ocurren en la zona.
  • Reuniones frecuente de los funcionarios integrantes del Comando Unificado, encargados de las operaciones de combate de incendios.

Ø Reconstrucción y rehabilitación:

Comprenden las gestiones realizadas por los diversos entes públicos y privados con competencia y responsabilidad en la recuperación de áreas afectadas. Se realiza las siguientes acciones:

  • Creación de Comités Conservacionistas, para el desarrollo de la Misión Árbol, que lleva a cabo el Gobierno Nacional, en cada comunidad indígena que tiene sus asientos en la Sierra de Perijá.
  • Otorgamiento de créditos, para desarrollar la agricultura y la ganadería, principalmente en aquellos sectores en donde han sido afectado por incendios, dando facilidades para la comercialización de productos, así como también en la cancelación de sus obligaciones de pagos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario